Septiembre 24, 2025
Uno de los mayores temores al adquirir una hipoteca es pensar: “¿Qué pasa si un día no puedo pagar mi crédito hipotecario?”. Aunque la idea aterra, la realidad es que existen escenarios previstos por la ley y por los bancos. Y lo mejor: hay soluciones antes de perder tu hogar.
En este artículo vamos a desmenuzar qué sucede en México cuando no puedes cumplir con tu hipoteca, qué opciones tienes y qué hacer para proteger tu patrimonio.
Si dejas de pagar una mensualidad, el banco aplica intereses moratorios. Esto incrementa el monto a cubrir, pero todavía no pone en riesgo tu propiedad. Lo importante es comunicarte con la institución lo antes posible para regularizarte.
👉 Consejo: evita acumular más de 2 mensualidades vencidas, pues a partir de ahí los intereses crecen rápido y tu historial crediticio se daña.
Si pasan más de 90 días sin pagar, el banco puede considerar tu crédito como vencido. Esto abre la puerta a medidas legales.
Sin embargo, en la práctica, antes de llegar a un embargo, las instituciones financieras buscan negociar. ¿Por qué? Porque el proceso judicial es largo y costoso también para ellas.
Reestructura del crédito
Negociar plazos más largos o mensualidades más bajas. Esto ayuda si tu problema es temporal.
Prórrogas temporales
Algunos bancos ofrecen meses de gracia por desempleo o enfermedad. En este tiempo, las mensualidades se difieren y no pierdes tu propiedad.
Venta de la propiedad
Puedes vender el inmueble y con ese dinero liquidar el crédito. Si la plusvalía jugó a tu favor, incluso puedes quedarte con una ganancia.
Dación en pago
Como último recurso, puedes entregar la propiedad al banco. Esto cancela la deuda sin necesidad de un juicio. No es ideal, pero sí evita que la deuda siga creciendo.
Según la CONDUSEF, menos del 2% de los créditos hipotecarios en México llegan a un embargo. La mayoría se resuelve mediante reestructuras, convenios o ventas anticipadas.
Esto significa que la clave está en no quedarse callado. Si tienes problemas de pago, hablar con tu banco puede marcar la diferencia entre perderlo todo o salir adelante con una solución.
Imagina que tienes un crédito de $1,500,000 y pierdes tu empleo. Tras 3 meses sin pagar, el banco te contacta. En vez de esperar al embargo, aceptas una reestructura que alarga tu plazo y reduce tu mensualidad en un 25%. Esto te da tiempo de conseguir un nuevo trabajo sin perder tu casa.
Decir “no puedo pagar mi crédito hipotecario” no significa automáticamente perder tu hogar. Existen salidas reales: desde reestructuras y prórrogas, hasta la venta voluntaria o la dación en pago.
Lo más importante es actuar rápido y no quedarte en silencio. Recuerda: el verdadero enemigo no es el banco, es la inacción.
– Mity Blog Team
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